miércoles, 14 de marzo de 2012

Capítulo 1.

1

<<Sueños y más sueños...>>


*  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *  *



Corría por un estrecho pasillo oscuro. Una pequeña chispa de luz brotaba de su pecho, dando a conocer su cabello rubio platino. Estaba escapando de alguien, o más de algo. Un sonido chirriante se apreciaba en el pasillo en forma de eco. La chica no paraba de correr hasta llegar a un pasillo sin salida. Ante ella se alzaba una gran ventana de cristal que se veía todo el Antiguo Londres, sus suburbios y las chimeneas de trabajo. Golpeaba con fuerza el cristal con la esperanza de que se rompiera, pero era inútil. Aquello que la perseguía la estaban señalando con la punta de una pistola. Eran dos adultos arrinconando a una chica.

- Debes regresar a la celda, venga -

Ella no reprochó nada y se encamino hacia ellos. Uno de éstos la agarró de la muñeca y contempló el reloj de su vida en su muñeca. Marcaba <<9.000.000 horas & 20 minutos>>. El hombre la miró incrédulo y con algo de temor.

- Es imposible.... - masculló el hombre que la sostenía - 

- ¿Que ocurre? - preguntó el otro, quién sostenía el arma -

- Esta chica... mira el tiempo de vida que tiene... -

Su compañero arqueó el labio. 

- ¿Por qué crees que la tenemos retenida en estas celdas, chico? -

El otro no dijo nada y asintió, arrastrando la chica con él. Ella arrastraba los pies y alzó la mirada hacia el techo, donde la silueta de unos ojos verdosos la observaban. Sonrió, y con los labios gesticuló una simple palabra que aquellos ojos entendieron a la perfección. <<Ayúdame>>.


8749 horas & 24 minutos.


Thomas abrió los ojos de golpe. De nuevo aquel sueño, la misma chica y las mismas palabras de ayuda. Sus sueños le tenían preocupados, ya que no eran simples sueños, sino pequeñas revelaciones del pasado, o tal vez del presente o de un futuro lejano; Thomas tenía aquella extraña habilidad con quince años. Su hermana Gina y Elphias conocían ese pequeño secreto que tenían miedo de revelar, porque sino... ¿que le harían al pequeño Thomas, antes de tener dieciocho, que ya poseyera una habilidad?. Muchas veces sus visiones mostraban imágenes borrosas como una tormenta, o incluso cuando su hermana Gina sufría pequeños percances en el Sector 2, pero este sueño era la quinta vez de esta semana, y ni siquiera Gina y Elphias estaban al corriente. Cuando saltó de la cama y se encaminó hacia el espejo, vio sus ojos verdosos apagados, y aún veía el rostro de aquella desconocida.

- ¡Buenas noches Thomas! -

Elphias entró en el dormitorio del chico. 

- Buenas noches Elphias... - saludó - ¿Has venido a cenar? -

- Pues si.. y a hablar con tu hermana. Me está evitando desde esta mañana... -

- Tu cumpleaños... - murmuró. Elphias asintió - ¿Cuanto tiempo tienes? -

- Pues.... 8749 horas y 22 minutos - dijo - Aún me queda mucho - vaciló -

- Ya... bueno... - 

Elphias se acercó más a él y le dio un beso en la frente.

- ¿Estás bien?, te veo algo... -

- He soñado de nuevo - le dijo claramente - Y siempre lo mismo Elphias - 

- ¿Visiones del futuro? -

- No lo se... - éste negó con la cabeza - No lo se si es del pasado o no se... - dijo frustrado - Pero sale una chica, la misma... retenida en las celdas... donde Los Controladores viven. - 

- Vaya... -

- Y lo más fuerte es su reloj de vida Elphias - le susurró por lo bajo - Tiene más tiempo que cualquier adolescente de dieciocho años... tiene una esperanza de vida grandiosa, es posible que alcance más de veinticuatro años -

Elphias se quedó en blanco. Desde hace mucho, los chicos y chicas morían con diecinueve años, exactamente el día de su cumpleaños, y que los únicos adultos que existían eran Los Controladores, que tenían más de cien años y que mantenían un aspecto joven y fuerte, era de extrañar que una chica tendría dicho tiempo de vida.

- Igual es por eso que está retenida... - le dijo al encogerse de hombros - 

- Posiblemente... pero no te comas tanto la cabeza pequeño... ¿si? -

- Me pidió ayuda - escupió - Por una extraña razón ella sabía que vería la escena... es difícil de explicar pero si... - Thomas se tendió en una de las sillas de su cuarto y se llevo las manos a la cara agobiado - Estoy cansado... -

- No te frustres tanto, es imposible que exista una chica con tanto tiempo... -

Un portazo se escuchó en la planta inferior que hizo que Elphias se diese media vuelta.

- Será tu hermana... iré a hablar con ella... y tu descansa ¿vale? -

- Ajam... - 

Elphias cerró la puerta, y Thomas regresó a la cama para poder dormir. 




Gina se encontraba en la cocina con dos pequeñas bolsas de latas de comida. Cuando llegó Elphias evitó mirarle, aún seguía sin creerse que su contador de vida estaba dando marcha atrás, y que pronto se iría de su vera. Conoció a Elphias hace diez años, y desde entonces fueron inseparables, como propios hermanos.

- Venga Gina... no es para tanto... tenemos tiempo para estar juntos, mucho -

- Pero solo un año.. o quizás menos - dijo ella suspirando - 

Elphias se acercó a ella y la agarró de las manos.

- Tarde o temprano iba a ocurrirme, y a ti también ¿no? - Gina asintió - Disfrutemos del poco tiempo que me queda con sonrisas y risas ¿vale? -

Gina asintió, y se inclinó hacia él para besarle en la mejilla, pero un gran ruido en el exterior de la casa de Gina hizo que se le cayese las latas de comida de la bolsa. Eran sonidos de sirena, y una luz roja parpadeante iluminaba toda la calle. Thomas fue el primero en bajar las escaleras y correr hacia el umbral de la puerta para ver que estaba pasando, y al abrirlo vio un gran vehículo. Un aerodeslizador. 

- ¡Thomas entra en casa! - exclamo Gina - 

- Adultos... - dijo éste asombrado - Son..adultos... -

- ¿Pero qué...? -

Gina cubrió con sus brazos a su hermano y Elphias se quedó detrás de ellos. Eran adultos si, pero eran Los Controladores. Jamás descendían de la gran metrópolis que yacía sobre el Antiguo Londres a excepción de máximo peligro. Gina tiró de su hermano y cerró la puerta, pero Elphias la detuvo. 

- Voy a ir a mirar. Vosotros cerrar la puerta... -

- Ten cuidado -

Él asintió y salió de la pequeña casa de éstos. Se acercó poco a poco al aerodeslizador, donde cuatro hombres descendían con varas extensibles. Uno de ellos le plantó una mirada siniestra a Elphias, y éste retrocedió asustado. El adulto alzó la vara y señaló a Elphias, y los cuatro hombres echaron a correr hacia él.

- ¡Capturarlo! - grito el hombre -

Elphias echó a correr calle abajo, donde todos los adolescentes se ocultaban en sus hogares. Corría y corría, pero Los Controladores le perseguía sin ningún motivo. Vio como otro aerodeslizador sobrevolaba su cabeza y le bloqueaba el camino. Entonces paró y cerró los puños con poder para enfrentarse a ellos.

- ¡Arriba las manos! - grito uno - ¡Identifíquese! -

- ¡Soy Elphias Doller, dieciocho años! - gritó éste asustado -

El hombre extrajo una tableta de su bolsillo y escribió su nombre. Miro sus datos y asintió.

- Es él - mascullo - Cogerlo -

- ¿Pero que he hecho? - preguntó este asustado -

Los hombres se acercaron a él y comenzaron a rodear. Elphias comenzó a inquietarse, tanto que un escalofrío le cubrió todo el cuerpo hacia sus puños; y fue entonces cuando sus manos se iluminaron de una luz azul. Energía. Los Controladores se echaron un poco hacia atrás, y Elphias extendió los brazos cubiertos de luz. Aquella energía que brotaba de su interior era su habilidad.

- ¡Elphias, usa tu poder! - exclamo una voz desconocida -

- ¿Mi...poder...? -

Elphias cerró el puño, y toda la luz se concentró en su mano creando una esfera azul de energía, y con delicadeza, lanzó la bola de luz contra los cuatro hombres que tenía a la derecha, provocando así una pequeña explosión que derribó a los cuatro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario