miércoles, 21 de marzo de 2012

Capítulo 5.

5

<<Número Cinco contra Número Cinco, el camino a los cielos...>>


* * * * * * * * * * * * * * * 


8735 horas & 50 minutos.



- No estoy muy segura de que lo consiga para hoy Elisabeth... -

Elisabeth se apoyó contra el filo de la mesa y ladeo la mirada hacia el pequeño salón. Allí, Michael le estaba enseñando a desarrollar su habilidad a Elphias, para que así pudiera extraer energía vital y guardarlo en su interior. El pequeño Thomas seguía sin mirar a su hermana a la cara por lo que le ocultó; ahora le quedaba una hora menos de vida, y la frustración de que pudiera morir en unos tres o cuatro días le machacaba por dentro; en cambio Gina estaba plácidamente tranquila. Hizo sonar el silbato minutos antes de entrar en la pequeña casa, y ahora esperaba a que Número Cinco apareciera de inmediato.

- ¡Maldita sea! - gritó Elphias - No consigo ni crear una pequeña esfera... -

- Es cuestión de relajación, observa -

Michael extendió ambas manos y cerró los ojos para notar la pequeña brisa que se colaba por la boca de la chimenea. De repente la brisa comenzó a salir con fuerza, y esa fuerza se concentró en sus manos, haciendo aparecer una pequeña esfera repleta de aire. Cuando Michael abrió los ojos, vio a Elphias sorprendido; su control de los cuatro elementos era fascinante y muy poco inusual.

- ¿Ves?, es muy fácil -

- Tu hermano es increíble... - comentó Thomas a Sarah - 

- Es rápido aprendiendo - le agradeció el comentario - ¿Y tu?, me han dicho que con quince años puedes predecir un pasado, presente o futuro ¿si? -

- Ajam... - asintió - Es algo raro, aún no tengo los dieciocho... y ya tengo este don desde que tenía diez... -

- Es fascinante... ¿quieres saber cual es el mio? - sonrió Sarah -

Thomas asintió, y por arte de magia, el cuerpo de Sarah comenzó a transfigurarse en una estatura como la de él. Su cabello se prendió en llamas, y apareció una melena castaña como la de Thomas. Su cuerpo y piel cambió, tanto que Thomas se echó hacia atrás sorprendido, y a Elisabeth no aguantó de soltar una pequeña carcajada. El chico alucinaba en colores, se rasco los ojos y visualizó a una copia suya.

- ¡Te has convertido en mi! - exclamo sorprendido - ¡Es alucinante! -

- ¡Jajajajaja!, sabía que te gustaría... -

Cerró los ojos, y en cuestión de segundos volvió a su estado original.

- ¡Lo conseguí, ey chicos lo conseguí! -

Todos se apresuraron a los gritos de Elphias, quien rebosaba en sus manos una pequeña esfera de luz azulada, como la de aquella noche. Elisabeth no dudó en ir hacia él y achucharlo con un gran abrazo, al fin aprendió a canalizar la energía de su cuerpo. Thomas y Sarah también se alegraron, pero Gina no. Estaba de brazos cruzados en el umbral de la puerta, mirando aquella estampa que desearía de estar en ella; pero era tarde. Había traicionado a sus amigos, y más a Elphias. De repente el sonido de un gran motor resonó sobre la casa de los gemelos. Gina suspiró bien hondo al saber de quién se trataba. Número Cinco se encontraba a pocos metros de la casa. En ese momento, Thomas recibió otro fuerte pinchazo en el pecho, y esta vez era más fuerte que el anterior. Elisabeth no dudó en tocar su mano para visualizar lo que vería.

<<- Bien hecho Número Cinco, los has traído - pronunció una mujer - 

- Así es Número Uno.... -

Cinco soltó el cadáver de Gina en el suelo, a la par que el cuerpo de Elisabeth. Después hizo llamar a dos Controladores, donde llevaban a Thomas encadenado de los pies a la cabeza.

- Y él predice el futuro. Es especial, tiene quince años Número Uno, como la otra -

- Fantástico... ¿y el cuerpo de Elphias Doller, donde está? ->>

Elisabeth soltó la mano de Thomas, y miró a sus compañeros preocupada.

- ¿Qué has visto? - preguntó Sarah quien la ayudaba a incorporarse del choque -

- Estamos perdidos... - dijo Elisabeth - 

- Lo dudo mientras esté yo presente - farfulló Sarah tomando una de sus lanzas que tenía en la estantería - ¡Elphias, mueve el culo!, es hora de que extraigas energía vital de la Tierra y lo guardes en tu interior ¿vale?. ¡Thomas!, detrás de la cocina hay un pequeño garaje, pon en marcha los motores de mi preciado aerodeslizador, ¡Y tu Michael, vamos para afuera a enfrentarnos a ese miserable!, el resto id con Thomas... -

Elphias se incorporó de un salto a la vez que todos. Cada uno fue a hacer su cometido. Elphias marchó por la puerta trasera de la casa, donde había un gran precipicio donde se podía ver fluir una energía azulada; la energía vital. Thomas corrió hacia la cocina y accedió a un pequeño garaje donde había un aerodeslizador de diez plazas máximo, suficiente para todos, pero el resto, incluyendo a Gina y Elisabeth, salieron de la casa donde Número Cinco esperaba con una sonrisa.

- Al fin aparecéis - suspiró éste profundamente - 

- ¡No dejaré que les pongas las manos encima, feo canalla! -

- Vaya, la metamorfa - farfulló a sorpresa de todos - Primero me encargaré de ti, guapa -

A una velocidad increíble, Número Cinco corrió hacia Sarah para asestarle un fuerte golpe, pero para sorpresa de él, un mural de tierra se interpuso entre ambos. Michael sostenía en sus manos un poco de tierra del suelo que le hizo invocar dicha barrera. El puño de Cinco pudo atravesar la barrera, pero sin rozar ni un pelo a Sarah, quién aprovechó para atacar. Ésta se concentró y visualizó la imagen de Cinco en su cabeza,  y poco a poco comenzó a transformarse en él. Cinco se lo esperaba, por tanto estaba preparado para lo que se podría avecinar.

- Tendrás mi fuerza bruta, metamorfa, pero no posees los conocimientos que tengo, ¡Choque de energía! - 

Cinco gritó. Chocó ambas manos e hizo que una gran onda se dirigiese hacia ellos. La tierra se levantaba al paso de la onda. Michael comenzó a caminar hacia la onda con tierra en la mano, haciendo que en sus espaldas varios tentáculos de tierra se formaran. Esos tentáculos cubrieron rápidamente a todos, haciendo que la onda chocase contra la tierra y no contra ellos, pero el choque hizo que Michael cayese al suelo.

- ¡Michael! - exclamo Elisabeth, quien tomo el arco de inmediato - ¡Maldito seas! -

- ¡A callar! - Cinco chascó los dedos, y el cuerpo de Elisabeth se paralizó en cuestión de segundos - ¡Y tu metamorfa igual! - Sarah notó también un escalofrío que hizo que su cuerpo se paralizase. Cinco tenía la batalla ganada, pero aún faltaba Gina - Y tu Gina, gracias por todo... -

- ¿Entonces me darás más tiempo y cumplirás tu promesa? - le preguntó insegura -

Cinco guardó silencio. Después soltó una carcajada. 

- No -

- ¿Me has mentido? - Gina retrocedió hacia atrás - 

- Claro - sonrió éste - Hiciste lo que quería, ¿piensas que te daría una buena vida?, que ilusa que eres chica... eres muy ilusa. Ahora se que eres capaz de vender a tus amigos por tu propio beneficio... y ellos creo que también -

Echó a un lado a Gina y tomó por la cintura el cuerpo paralizado de Elisabeth.

- Jaque mate, guapa - 

- No tan deprisa... -

Elphias apareció rebosando una gran energía, más que la última vez. Extendió su mano con fuerza y liberó un gran cantidad de energía que golpeó fuertemente a Cinco en el pecho, que le hizo retroceder y anular el encantamiento paralizador. Elisabeth y Sarah retomaron el combate. Sarah volvió a su forma original mientras agarraba la lanza con fuerza, y Elisabeth tensó el arco y la flecha al pecho de éste.

- Chicos... - mascullo Gina dolida -

- No digas nada Gina... acabas de demostrarme muchas cosas - le dijo Elphias, cuyas palabras machacaron su corazón por completo -

Cinco comenzó a incorporarse poco a poco. Elisabeth liberó las dos flechas, haciendo que atravesaran los gruesos brazos del hombre y se clavaran en la tierra. No brotaba sangre, sino un espeso líquido negro. Sarah alzó la lanza y miró a Elphias para darle la señal, y los dos al mismo tiempo liberaron sus armas. La lanza sobrevoló medio metro, impulsada por la gran fuerza de energía vital de Elphias, que hizo que se le clavara en su pecho. Un grito ahogador se escuchó en medio de aquel lugar, y Cinco comenzó a desintegrarse poco a poco. Elisabeth suspiró aliviada, la visión que vio junto a Thomas fue cambiada, al igual que el destino de todos. 

- ¡Elisabeth! - 

Elphias corrió hacia ella para abrazarla, mientras que Sarah iba a socorrer a su hermano que estaba inconsciente. Gina en cambio se quedó sola, viendo marchar a lo lejos el aerodeslizador que trajo a Cinco hace unos minutos. Miró a Cinco muerto, y a sus amigos dándole la espalda, y comprendió que ya estaba muerta. En ese momento, el fuerte motor de un aerodeslizador resonó, y una especie de máquina alada que flotaba diez centímetros del suelo apareció. Era Thomas quién activó los motores.

- ¡Lo conseguí!, creo que es hora de ir a Nueva Londres ¿no chicos? - 

- Por supuesto - sonrió Elisabeth -

Sarah impulsó a su hermano y subieron los primeros en el aerodeslizador, después Elisabeth, y por último Elphias.

- ¿Y mi hermana? - preguntó -

- No lo se... - respondió Elphias - Creo que se ha dado cuenta de su error y no quiere venir -

Y así, cerrando la puerta del aerodeslizador, se pusieron en marcha hacia el cielo, donde Gina los vio marchar.

- Suerte... - dijo Gina -


[****]


- ¡Maldita sea! - gritó Número Uno -

- Tranquila... - le consoló la pequeña niña vidente - Te lo advertí, y también a Cinco de que moriría en manos de ellos... 

- ¡No estoy tranquila maldita Oráculo! - gritó nuevamente - ¿Tu sabes lo que puede ocurrir a partir de ahora? -

Ella asintió.

- ¡Llegarán a la maldita Cámara, y todo estará acabado, TODO! -

- Puede haber una solución, Uno - dijo la pequeña Oráculo tomándola de la mano - Quiero que veas una cosa... -

Uno agarró la mano de la joven y cerró los ojos para visualizar las imágenes que quería mostrarla.

<<Era el salón de actor, donde Los Cinco, líderes del Antiguo y Nuevo Londres se reunían, la zona más alta de la torre. Allí estaba Elphias, junto a Sarah y Michael, mirando los cuerpos sin vida del Número Dos, Tres y Cuatro. La única líder en pie era la Número Uno, que estaba acompañada de una Gina cambiada, y de un reloj con más tiempo que Elisabeth.

- ¡Gina! - exclamo Elphias al verla -

- No hay vuelta atrás. Iros, no os dejaremos acceder a la Cámara - pronunció Gina seriamente -

- ¡No nos iremos de aquí! - grito Sarah enfurecida - ¡Hemos tenido una gran pérdida, y no volveremos atrás, lo tenemos que hacer por los que han caído! -

- ¡Jamás! - grito Gina -

De sus manos emanó una fuerza desconocida que Gina no tenía. Unas extrañas vendas negras salían de su propio corazón atando a Sarah y a Michael de pies a cabeza, apretándoles sin piedad.

- ¡Para! - pidió Elphias - ¡Para por favor, tómame ami...! ¡Para por favor...!>>

Uno se separó de la Oráculo y la miró incrédula.

- Vaya, que sorpresa... - sonrió Uno - 

- No está todo perdido si haces que esa chica se una a ti... aún hay tiempo... su dolor de ser traicionada... la hace más vulnerable... -

- Eso haré querida... -

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