sábado, 17 de marzo de 2012

Capítulo 3.

3

<<Actúa el número Cinco...>>


* * * * * * * * * * * * * * * 


La Nueva Londres, sostenida en una gran plataforma sobre el Antiguo Londres, donde Los Controladores; sea así los únicos adultos que conviven entre si. El percance de la pasada noche hizo levantar la alerta roja entre Los Controladores. Elphias Doller, un objetivo claro para éstos, había conseguido eludir a ocho de ellos usando su extraordinaria habilidad, y que consiguió escapar con la tal Elisabeth; que al igual que Elphias, está en caza y captura por los adultos. La gran torre de mármol que se alzaba en el centro de La Nueva Londres, estaba abarrotado de indignados por el fallido del plan. Los Cinco, que eran así como se les denominaba a los líderes de La Nueva y Antigua Londres, estaban reunidos en el último piso de la torre, en una estancia circular.

- La chica se nos escapó... -

- No te apures - farfulló el Número Dos -

- Es para apurarse Número Dos - saltó el Número Tres - Esa chica puede causarnos muchos problemas, incluyendo a ese Elphias Doller de quién nos habló la vidente que tenemos retenida en la prisión... -

- ¿Y que pretendes que hagamos? - gritó El Número Uno - 

- Enviar a uno de nosotros - la voz del Número Cuatro se manifestó - Si uno de nosotros falla, que vaya el siguiente... y así... -

- Suena peligroso... - masculló Número Tres -

- Son solo críos - vaciló el Número Cinco, quien ya se había incorporado de la silla -  Si quieres dejarme ami primero, y traeré a la chica y al chico aquí, bajo nuestros dominios -

- ¿Y cómo lo piensas hacer, Número Cinco? - preguntó el Número Uno intrigado -

- Ese Elphias Doller tendrá alguna debilidad ¿no? - 

Todos los miembros se intercambiaron miradas, y aceptaron la propuesta del Número Cinco.


[***]


8738 horas & 19 minutos.


La noticia de que Los Controladores fueron derrotados por una persona la pasada noche, pasó de boca en boca de todos. Aún las llamas del aerodeslizador se mantenía, y los cuerpos de éstos igual. Aquella mañana, Thomas volvió a despertarse sobresaltado. Su sueño le había llevado más lejos aún, a la muerte de su hermana por falta de tiempo. Elisabeth, que dormía en la misma habitación que él, no dudó en preguntarla sobre su reloj.

- ¿Mi reloj? - Elisabeth se extrañó a la pregunta de Thomas - 

- Si... ¿podría ver cuanto tiempo tienes...? -

Elisabeth asintió, y poco a poco se quitó la venda que le cubría su brazo. Era el mismo reloj que había visto en sus sueños, y la hora hizo que Thomas pegase un pequeño grito ahogador. <<9.000.120horas & 34minutos>>.

- Eso es imposible - masculló éste recordando la visión - 

- ¿Imposible el que, chico? -

- Tuve una visión, donde tu aparecías retenida por Los Controladores... y tu reloj marcaba un <<9.000.000horas...>>, y eso es dentro de pocos días -

Elisabeth tragó saliva.

- ¿Osea que dentro de pocos días... Los Controladores me encuentran? -

- Aparte... mi hermana muere... y eso... eso es imposible -

En su rostro se dibujó una sonrisa de preocupación.

- ¿Imposible? -

- Mi hermana tiene diecisiete años, su reloj aún no funciona... pero en mi sueño, osea dentro de pocos días, su reloj ya marcaba segundos... y moría ante ti -

Elisabeth se incorporó de la cama y se inclinó hacia Thomas.

- ¿Realmente crees que Gina tiene diecisiete años?.... -

Thomas se echó hacia atrás, y un escalofrío le cubrió todo el cuerpo. Sabía cual era la habilidad de ésta, ver cuanto tiempo de vida le quedaba a las personas de dieciocho años, eso quería decir que... ¿su hermana no tiene diecisiete como le ha hecho creer siempre?.  Thomas quiso preguntárselo a Elisabeth sobre lo que vio en la cabeza de Gina; su cronómetro, pero no dijo nada porque Elisabeth asintió levemente, como dándole la razón de lo que pensaba. El chico no dudó en saltar de la cama y bajar a la cocina para preguntar a su hermana sobre este tema, pero ya era tarde. Tanto Gina como Elphias marcharon a trabajar al Sector 2, que por falta de personal, hoy debían meter más horas que de costumbre. Durante el camino hacia la gran chimenea donde trabajaban, Gina no paraba de mirar a Elphias de reojo, recordando todo lo que pasó ayer.

- ¿Estás seguro de que vale la pena arriesgar nuestras vidas por lo que ha dicho Elisabeth? -

- Pues si - dijo él muy seguro - Aunque me quede casi un año de vida, no me quedaré de brazos cruzados cuando hay una gota de esperanza para todos nosotros -

- Vale, si... ¿pero no te parece raro? - le preguntó - Digo... ayer Los Controladores te buscaban a saber por qué, después aparece esa chica con mucho tiempo en el reloj, y aparte nos cuenta un plan suicida... ¿no te parece raro? -

Elphias se paró en seco y miró indiferente a su amiga.

- Me salvó la vida - le dijo -

Gina se quedó paraba frente a la orilla, donde los cuerpos flotaban, y Elphias siguió caminando hacia la gran chimenea para ponerse de inmediato a trabajar. Estaba claro que no se fiaba de Elisabeth, pero Elphias si. Gina se inclinó en la orilla y contempló la muchedumbre de cadáveres que flotaban. No aguantó en que alguna que otra lágrima se escapase, porque tarde o tempano ella acabaría igual. Gina tiene un secreto, un secreto que ha ocultado muy bien para no preocupar a nadie. Se retiró el guante de la mano derecha, y su reloj se encendió, emitiendo una luz parpadeante.

- 119 horas.... - musitó - 

- Aunque eso puede cambiar - dijo una voz a sus espaldas -

Gina se volteó rápidamente, y vio una gran figura encapuchada a pocos metros de ella y con los brazos cruzados. Se asustó, y retrocedió un poco hacia atrás hasta introducir los pies en el agua.

- No hace falta que escondas eso - le dijo - Puedo ver los secretos de cada humano, chica -

- ¿Qué... que quieres?, eres un Controlador... ¿cierto? -

- No. Me llamo Número Cinco, querida... y vengo a ofrecerte un trato - le dijo mientras se retiraba la capucha - Veo que te queda pocos días de vida, y comparado con tu hermano de quince años, tu no has obtenido ni una habilidad... -

- ¿Cómo sabes eso? - saltó alarmada -

- Repito. Veo los secretos de las personas, y ahora se todo sobre ti - dijo - Yo puedo ayudarte a darte más tiempo, y vivir sin preocupación con tu hermano allá arriba. Tu hermano es especial por lo que he visto en tu cabeza ¿si? - Gina no dudo en asentir - Puedo llevaros al Nuevo Londres y vivir para siempre... ¿te gustaría? -

- Por supuesto... pero... - Gina echó un vistazo hacia la chimenea, donde Elphias ya debería estar dentro trabajando -

- ¿Aceptas o no mi petición?, pero a cambio me tendrás que ayudar en una tarea importante para que el equilibrio del Antiguo y Nuevo Londres se mantenga firme -

Gina se quedó pensativa un buen rato. Ese hombre apareció de la nada, sin conocerla apenas, y le ofrecía un lugar mejor y con tiempo a cambio de una tarea. Era una petición tentadora, y como la misma serpiente del Eden tentó a Adam y Eva para comer las manzanas prohibidas, Gina cayó en el cebo del Número Cinco.

- Acepto... ¿que tengo que hacer...? -

- Es muy sencillo, te lo aseguro -


[***]


Elisabeth se encontraba en el jardín de atrás practicando con el arco. Thomas la observaba con admiración, jamás había visto tal control con el arco y con tanta precisión. El sol resplandecía esa mañana con fuerza, como si un nuevo viento de esperanza rozara sus rostros. Elisabeth bajó el arco, y le ofreció a Thomas que lo intentase. Él se incorporó y no dudó en ir a por el arco, pero al tener un pequeño contacto con la mano de Elisabeth, Thomas sintió una pequeña punzada en el pecho, a la par de Elisabeth. De repente, imágenes borrosas vieron ambos en sus mentes.

- Número Cinco ¿eres tu? -

Una pequeña niña yacía sentada en el rincón de una oscura habitación. Tenía la misma edad que Thomas, unos catorce o quince años.

- Si, soy yo, he venido a verte... ¿has visto algo nuevo? -

- No Número Cinco... tu destino no ha cambiado... -

- ¿Que debo hacer? - preguntó frustrado - He hecho que esa mocosa confiara en mi... ¿no ha sido suficiente? -

- No... - ella meneó la cabeza - Tu muerte no cambiará Número Cinco... a no ser que tomes un camino diferente -

- Entonces moriré a manos de ellos... -

- Tu decides... -

Las imágenes desaparecieron, y Thomas se separó de golpe de Elisabeth.

- ¿Que ha pasado?, ¿por qué he visto esto? - se preguntó Elisabeth asustada -

- Personas que tienen contacto con mi piel pueden ver lo mismo que yo durante unos segundos... - 

- Dios... - Elisabeth cayó de rodillas, le dolía el pecho - ¿Entonces lo que hemos visto los dos era una predicción? -

- Si... creo... jamás he visto a estos dos sujetos... -

Elisabeth se levantó del suelo y se apoyó en el tronco del árbol donde estaba practicando la puntería con el arco.

- Yo si... Número Cinco... - mascullo - 

1 comentario:

  1. Chán chán chán ^^ Está súper interesante, con esos nuevos personajes: Números 1,2,3,4 y 5 ^^ Buff, yo no sé qué hubiera hecho de haber sido Gina :S Es que Número 5 no me inspira confianza, pero la verdad es que la propuesta sí que era muy tentadora... Y Elisabeth... No sé, es muy misteriosa, pero me cae bien. Me temo que algo fuerte va a pasar con lo de Gina y el Número 5 :S

    ¡Siguiente!^^ Y sigue así;)

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